Esta es la tercera y última parte de la serie de los QR y, aviso, el capítulo más técnico y sin imágenes: Particularidades de internet en China y el acceso a servicios online con WeChat.
Para acceder a cualquier servicio, en España sabemos que nos tocará escribir una dirección web en un navegador para acceder a ella. En China, en pocos casos se produce esa situación. El motivo, similar a los pagos en tienda. En ningún momento hubo un uso extendido de ordenadores ni infraestructura de red y los smartphones colonizaron el país: Según un estudio de 2022, actualmente el 99% de los usuarios en China accede a internet través del móvil, solo un 30% con el ordenador. Esto impacta a dos niveles: Primero, en el modo en que se ha estructurado la información que hay en internet y, segundo, en la manera de acceder a ella. Esto, como ahora veremos, ha convergido orgánicamente en el uso de los QR.
El desarrollo e incremento masivo de usuarios de la red China se produjo en un momento que permitía una realidad distinta a la que conocemos. En occidente, internet se asentó cuando accedíamos a través de un navegador del ordenador. Mucho más tarde aparecieron otras alternativas que hay hoy, como las apps. Por ejemplo, Amazon (1994) o Facebook (2004) empiezan en una web y luego migran a una app, en 2011 y 2008 respectivamente. En China, si bien también hubo ese desarrollo temprano, fue menos relevante que en occidente. En 2010 solo un 30% de la población tenía acceso a internet, comparado con el 78% en Estados Unidos. A partir de ese momento el smartphone empieza a coger fuerza en China impulsando el crecimiento y adopción de internet los años siguientes (45% en 2013, 78% en 2023).
Cuando el desarrollo de internet cobró fuerza en el país, el tándem de móvil y apps empieza a dominar y algunas empresas aprovecharon este momento a la perfección. El momento de su expansión es crucial para entender por qué la información de internet está tan fragmentada1: Se basa en apps y no en sitios web. El lanzamiento de WeChat en 2011 es especialmente relevante: Al principio solo era una red similar a Whatsapp, pero se ha transformado una app que hace prácticamente de todo y, lo más importante, es que solo puedes acceder a todo ello desde la app. El contenido lo guardan de forma privada. Esto implica que de toda la información en la red China hay partes que los buscadores no pueden encontrar, sean extranjeros (Google) o chinos (Baidu).
De hecho, un punto que me frustraba al llegar aquí era cómo demonios encontrar la información que buscas, más allá del desconocimiento del idioma. Simplemente lo hacía todo mal. Cuando descubres la app relevante para cada categoría de información, la vida se vuelve mucho más sencilla. WeChat es el verdadero portal hacia nueva dimensión. Más allá ser un “Whatsapp” y permitir pagos, ella misma contiene un navegador web, un diario fotográfico y video estilo Instagram, un espacio para escribir artículos, y hasta mini-programas y cuentas oficiales que te permiten hacer trámites con organizaciones públicas, reservar coche o bien pedir en un restaurante sin instalar ningún software adicional. Esto nos lleva de vuelta a los QR.
Al tener las apps plataforma propia y acceder desde el móvil, el QR ha pasado a ser el actor principal. Además de los QR para pagar, muchos anuncios publicitarios, carteles de actividades sociales y demás normalmente tienen un código QR que tienes que escanear para “ver más”. El punto importante que muchos códigos no te llevan a una página web sino a una entrada de blog, cuenta o mini-programa de WeChat donde podrás reservar o comprar. Así que, por inercia, normalmente se usa siempre WeChat para escanear los QR. En el caso que sea una página web no hay problema por el hecho que también tiene navegador. De hecho, como curiosidad, el contenido dentro del mismo WeChat incluye también códigos QR en sí mismo ya que la app permite clicar en él como si fuera un hipervínculo para transportarte a otra realidad.
¡Hasta la próxima!
Pablo
Códigos QR, Parte 1: ¿Te escaneo o me escaneas?
Códigos QR, Parte 2: Escaneo continuo
Es probable que haya más puntos que afecten cómo se ha estructurado la información en la red China